Sí, ya por fin ha terminado el 2017 y entramos de cabeza en el 2018, en plena vorágine navideña, la vacaciones de los niños, los regalos aún por comprar, los amigos con los que quedar, las cañas por tomar, los kilos cogidos por empezar a perder, la decoración por quitar… y con la entrada del año llegan los temidos propósitos de este año nuevo.
Siempre tendemos a proponernos:
– Metas inalcanzables, arrastrándolas año tras año, lo cual sólo consigue desmotivarnos como es el “querer ser feliz”. Venga hombre! La felicidad no existe, son momentos y no un estado permanente, por lo que por mucho que lo deseamos jamás lo vas a conseguir si no somos capaces de aprovechar esos momentos pasajeros y exprimirlos al máximo.
– Pensamos en lo que queremos sin analizar el esfuerzo que nos supondrá, dándonos al poco tiempo por vencidos y mandando ese propósito al saco del año que viene y así sucesivamente, como es el “promocionar en el trabajo”. A ver… qué suena muy bien eso de promocionar y ganar más dinero pero… eso implica más horas de trabajo, menos tiempo dedicado a la familia, aprender a hablar inglés los fines de semana, llegar a viajar por trabajo… ¿Estás dispuesto a todo ello? o ¿a qué ya se te van quitando un poco las ganas de esa deseada promoción?.
– Retos inconcretos que finalmente se desvanecen como el humo como sucede con las buenas intenciones de quedar más con amigos o pasar más tiempo de calidad con nuestros hijos. ¿Cuándo? ¿Cómo? O se concreta o todo queda en abstracto, en agua de borraja.
– Numerosos propósitos, así, a bocajarro, sin un orden. Comer sano, hacer deporte, dejar de fumar, adelgazar, dormir más. Hala, ahí es nada! A ver por dónde empiezas…
Y es que los propósitos hay que pensarlos y ejecutarlos bien si realmente queremos cumplirlos. Deben ser medibles, reales, concretos, posibles y que supongan una recompensa notable por el esfuerzo realizado.
Así que por una vez en la vida voy a hacerlo bien con los propósitos de este año 2018. Y es pensar en MI, porque desde que soy madre mi papel se ha visto relegado a un tercer o cuarto plano pasándome factura. Y no puede ser, porque lo que más necesita cualquier niño es que su madre esté bien. Así que he decidido dedicarme con uñas y dientes a mi ansiedad, tratar de averiguar de dónde viene esta vieja compañera para hacerle frente, cara a cara, y dejarla por los suelos, aunque sea un largo trabajo. A través del deporte, de psicoterapia, de medicación, actitud, de lo que haga falta para que nada me impida poder vivir la vida como es debido, haciendo frente a las adversidades que me vengan mientras disfruto de todo lo que merece la pena, que no es poco.
Esto no ha hecho más que empezar!
¿Y cuáles son tus propósitos de este año?
Uy yo hace años ya que no hago metas, ni me apunto a gimnasios ni nada similar jaja. Tampoco hago balances del año que se va. Total, ¿para qué? Vivo el día a día y con planes a corto plazo.
Ciertamente nos lanzamos a hacer listas de propósitos al tuntún y deberíamos fijarnos objetivos más realistas. Yo los hice en septiembre porque soy más de llevarlos con el comienzo del “curso”, manías de cuando aún estudiaba, y ahora lo que hago es un repaso a ver como los llevo. Y en algunos flojeo así que esos son los que tengo que apretar. Que consigas vencer esa dichosa ansiedad.
Gracias Sonia!!
No podías haber encontrado un propósito de año nuevo mejor Sólo estando bien nosotras mismas podremos estar bien para los demás. Espero que pronto encuentres que genera esa ansiedad y la manera de combatirla.
¡Un abrazo!
Muchas gracias guapa!!
Yo, directamente, no he hecho ningún propósito. Me voy a dejar llevar a ver qué tal se nos da el 2018. 😛 Me gusta tu propósito 😉
Claro que sí!! esa es la actitud, los objetivos tienen que ser medibles, alcanzables en un tiempo no muy largo para no frustrarnos y muy importante automotivarnos por pequeños triunfos!! Totalmente de acuerdo, ya es hora que pensemos más en nosotras. 🙂
Eso es!!
Gracias por el comentario.
Mucha razon con la descripcion de los propositos que nos hacemos, y uno muy esencial el que te has propuesto
Espero que lo consiga 😉
Gracias por el comentario.
La verdad nunca he sido de hacer propósitos al inicio de año, conforme avanza voy encontrando retos a vencer. Me resulta más fácil.
Pues mira, toda la razón! Yo la verdad es que no soy de hacer propósitos al principio del año, ni en septiembre..ni nada..Para mi los propósitos si los hago son a corto o medio plazo..El de la promoción en el trabajo no se si compensa mucho porque es cierto que aunque es más dinero es más tiempo empleado que siempre se suele quitar del resto de propósitos como la familia o quedar con los amigos!!
Yo este año no tengo propósitos. Simplemente aprobar las asignaturas del master que estoy haciendo y vivir cada día con mi ritmos frenético, que ya es suficiente.
Saludos!
Bueno, eso son propósitos 😉
Suerte!!
Claro que si !!! Las cosas claras, propósitos bien pensados y dale fuerte a es maldita ansiedad