Desde pequeños nos meten en la cabeza, casi con calzador, que hay que querer a nuestra familia, que la familia es lo más importante, que son los que más te quieren y, por ende, deben ser correspondidos, porque llevamos la misma sangre. (Argumento indiscutible dónde los haya)
Nos imponen nuestros gustos: braguitas de dinosaurios y calzoncillos de unicornios
Sí, está bien escrito el título. Si te extrañas es porque desde que nacemos nos imponen nuestros gustos de una manera un tanto descarada y siempre según nuestro género.