Lo reconozco abiertamente, como madre no soy perfecta ni pretendo serlo. Me da igual porque sé que para mi pequeña dictadora soy la mejor madre del mundo y ella es, al fin y al cabo, la única que puede juzgarme como tal.
Lo reconozco abiertamente, como madre no soy perfecta ni pretendo serlo. Me da igual porque sé que para mi pequeña dictadora soy la mejor madre del mundo y ella es, al fin y al cabo, la única que puede juzgarme como tal.